Literatura Medieval española: Características, géneros y obras

Literatura Medieval española: Características, géneros y obras
Publicado por Pablo Navarro el 31/12/2022
La creencia de que la Edad Media supuso un largo período de oscuridad y barbarie cultural surgió entre los humanistas del Renacimiento y se extendió prácticamente hasta nuestro siglo. Sin embargo, es difícil imaginar diez siglos de inmovilismo cultural. En lo que se refiere a la literatura medieval, a partir del siglo XI se inicia en lengua vernácula un camino ascendente, en el que poco a poco se irá consolidando una literatura en castellano que alcanza su plenitud en el siglo XV.

Lo que vino después, el Renacimiento del siglo XVI, no fue sino la consolidación de unas formas y modelos que se habían gestado en épocas anteriores. Fue la madurez de un largo proceso que había empezado en la Edad Media.


MENÚ RÁPIDO

1.- Orígenes de la Literatura Medieval
2.- Características de la Literatura Medieval
2.1.- Literatura oral y anónima
2.2.- Ausencia de originalidad
2.3.- Literatura didáctica y moralizante
3.- La lírica primitiva
3.1.- Características de la lírica
3.2.- Núcleos líricos
3.2.1.- Lírica arábigo-andaluza
3.2.2.- Lírica galaico-portuguesa
3.2.3.- Lirica tradicional castellana
4.- La épica
4.1.- La épica castellana
4.1.1.- Origen de la épica
4.1.2.- Características de la épica
4.1.3.- Ciclos y periodización
5.- La prosa de ficción
6.- El teatro

Orígenes de la Literatura Medieval

Un momento decisivo para el florecimiento cultural en toda Europa es el de los siglos XII y XIII, momento en el que empiezan a producirse una serie de cambios socioeconómicos: auge del comercio, crecimiento de las ciudades o creación de las primeras universidades, que descentralizan la cultura de los monasterios, únicos centros que la habían preservado hasta entonces.

Uno de los principales problemas que nos encontramos al abordar el estudio de la literatura medieval es la falta de textos, la larga distancia que nos separa de la época y la dificultad de difusión y conservación de los códices medievales. Pero la escasez de testimonios escritos no quiere decir que no existiera la literatura durante un período tan largo, y debemos suponer la presencia de una actividad literaria anterior a los testimonios escritos.

Características de la Literatura Medieval

La literatura medieval pudo haberse fijado por escrito, pero también pudo haber pertenecido únicamente al plano de la oralidad.

Literatura oral y anónima

Cuando la obra literaria pertenece sólo al plano oral, se transmite de boca en boca y de generación en generación, hasta que finalmente queda fijada por algún autor que le da forma definitiva y la pone por escrito. Esto lleva a una concepción de la obra literaria bien distinta de la que tenemos hoy en día: esa mezcla de autores, juglares, cantores y copistas que intervienen en el proceso creador da como resultado una obra dinámica y cambiante, susceptible de continuas recreaciones personales.

Ausencia de originalidad

Junto a la oralidad y a la anonimia, otra característica fundamental de este período será la ausencia de originalidad, valor no reconocido en la Edad Media; el autor medieval reproduce en sus obras temas y motivos tradicionales pertenecientes a un acervo cultural común; asimismo, basa sus escritos en obras clásicas y en la Biblia y lleva a cabo una especie de readaptación más o menos libre de los mismos.

La fórmula de creación literaria de la época era la imitación. Todo autor culto que se preciara debía hacer uso de los recursos estilísticos propios de las retóricas clásicas, de manera que una serie de tópicos y de fórmulas establecidas se repetía una y otra vez siguiendo los modelos aprendidos.

Literatura didáctica y moralizante

Por último, en una época fundamentalmente teocéntrica, en la que el centro de todo pensamiento era Dios, no podía darse sino una literatura sobre todo didáctica y moralizante.

La educación religiosa llegaba a la mayoría de la población iletrada por vía oral, muchas veces haciendo uso del «enseñar deleitando», es decir, del adoctrinar a través de historias amenas con una enseñanza moral.

Pero no sólo la literatura religiosa tenía valor didáctico, sino también la profana. A veces, junto al valor moral, existía también una voluntad propagandística (por ejemplo, de algún lugar de peregrinaje o de la genealogía y alto linaje de alguna familia noble).

La obra literaria medieval se transmitía de forma oral. Muchas obras estaban concebidas para la recitación o el canto, otras para su representación dramática, otras para ser leídas en voz alta ante el colectivo; muy pocas estaban destinadas sólo a la lectura individualizada (conviene tener en cuenta el altísimo grado de analfabetismo de la época).

Algunas de estas obras, como la poesía lírica y épica, sólo han llegado hasta nosotros como textos a los que falta la «puesta en escena» colorista que debían llevar a cabo los juglares, y que tan sólo podemos recrear en nuestra imaginación.

La lírica primitiva

La poesía popular o tradicional surge como algo consustancial al hombre. La canción, la música y la danza son expresiones naturales en la vida cotidiana de los pueblos y están presentes en actividades de carácter colectivo como romerías, bodas o siegas.
Carecemos de textos medievales que atestigüen la existencia de esta lírica primitiva. Las primeras muestras de este tipo de poesía datan del siglo XV, momento en que se fijaron por escrito. Esto llevó a pensar, durante un prolongado período, que no existía una lírica tradicional castellana; sin embargo, algunos vestigios de esta poesía (presentes en textos narrativos) y, sobre todo, el descubrimiento en 1948 de las jarchas mozárabes, corroboraron definitivamente la existencia de una primitiva lírica castellana, la cual se remontaría, según los textos conservados, a la primera mitad del siglo XI.

Características de la lírica

  • La lírica tradicional es de transmisión oral, pasa de generación en generación hasta que es fijada por escrito.

  • Existe un creador individual, pero sin conciencia de autor; su obra pasa a la colectividad, que la considera como propia. El carácter oral y la anonimia conllevan un concepto de obra literaria móvil y cambiante. Ello supondrá la aparición de distintas variantes.

  • Respecto al estilo, cabe señalar que se trata de obras de una gran condensación temática. Suelen ser composiciones breves que aúnan en pocos versos una intensa emoción lírica.

  • La temática es variada, pero, sin duda, el tema amoroso es el más frecuente. La queja de una mujer enamorada por la pérdida o ausencia del amado suele ser lugar común en esta lírica tradicional.
  • Núcleos líricos

    En el ámbito de la lírica tradicional de carácter oral, hay que distinguir tres focos de producción:

  • Arábigo-andaluz (jarchas)
  • Gallego-portugués (cantigas de amigo)
  • Castellano (villancicos).

  • Existe un cuarto núcleo lírico, el catalano-provenzal, en el que se cultivó un tipo de poesía culta de influencia trovadoresca.

    Las coincidencias temáticas y formales que encontramos entre los tres primeros y la lírica europea del mismo tipo llevan a creer en un tronco popular común.

    Lírica arábigo-andaluza

    La jarcha es la muestra más antigua que conservamos de lírica tradicional romance (siglo XI). Se trata de una cancioncilla en lengua mozárabe que, a modo de estribillo, se incluía al final de un poema culto, escrito en árabe clásico o hebreo (moaxaja).

    En cuanto al tema, recoge el lamento de una joven, que suele tener como interlocutores a las hermanas o a la madre, por la ausencia o pérdida de su amado, al que se suele nombrar con el término árabe habib. En las jarchas, no existe ubicación espacial ni anécdota; impera sólo el sentimiento de dolor de la joven enamorada.

    Lírica galaico-portuguesa

    Existen tres tipos de composiciones: cantigas de amigo, cantigas de amor y cantigas de escarnio o maldecir. Las dos últimas acusan una marcada influencia de la lírica trovadoresca provenzal. Las primeras, si bien fueron cultivadas por poetas cultos, son de origen popular.

    El tema de estas canciones se centra, también, en la mujer enamorada y sus múltiples variantes (celos, mal de ausencia...). Las fórmulas métricas más habituales son el paralelismo y la presencia de refrán o estribillo.

    Lirica tradicional castellana

    La composición que reviste mayor importancia de este núcleo es el villancico. Estos cantarcillos fueron glosados por poetas cultos a partir del siglo XV, aunque mantenían el mismo estilo popular.

    Se da aquí una mayor variedad temática; aunque siguen predominando los temas propios que popularizara la «canción de mujer», cobrará también importancia la figura masculina del enamorado.

    Se compone de cabeza o cantarcillo inicial (2, 3 o 4 versos que se repiten al final de cada estrofa) y glosa (que desarrolla el tema inicial del estribillo).

    La épica

    Las leyendas históricas medievales tomaron forma literaria en una serie de poemas épicos o cantares de gesta. Estos textos narraban en verso hazañas y sucesos relativos a algún personaje con categoría de héroe. Las leyendas tienen un origen anónimo y surgen al calor de los acontecimientos; las composiciones que nos han llegado, sin embargo, son obra de un poeta que recoge estas historias de la colectividad y les da forma literaria.

    Los juglares eran los difusores de toda esta materia. Aunque podían estar al servicio de alguna corte, la mayoría de ellos era itinerante. Los había «épicos» y «líricos» y, por lo general, recitaban acompañados de un instrumento. Tenían como misión fundamental la de entretener.

    Esto último tiene relación directa con la función de la épica, básicamente lúdica; sin embargo, deben distinguirse otras funciones no menos importantes: la informativa, la de difusión de los ideales de la clase dominante y la propagandística (promoción de lugares y de personas).

    La épica castellana

    Orígenes

    Es difícil concretar el origen de nuestra épica; se puede detectar una serie de influencias: el influjo de la épica germánica, sobre todo en la utilización de motivos comunes, como la crueldad de las venganzas o la caracterización de las mujeres; el influjo francés, que se dejó sentir a partir del siglo XI, época de contactos continuos entre ambas culturas; por último, existen también coincidencias entre algunos motivos de la épica árabe y la castellana, como el poner nombre a espadas y caballos o la venganza de sangre.

    Características de la épica

  • Desde el punto de vista de la temática, la épica trata asuntos de tipo heroico pertenecientes a la tradición castellana.

  • En cuanto a la métrica, es muy irregular. Predominan los versos de 14 y 16 sílabas, divididos en dos hemistiquios y organizados en series y tiradas (unidades temáticas, no métricas). La rima es asonante.

  • El lenguaje es sencillo y muy expresivo. El juglar utilizaba el diálogo para darle mayor carácter dramático al poema; también eran frecuentes las apelaciones al público mediante fórmulas deícticas.

  • Una de las características más peculiares de nuestra épica es el realismo. No existe lo maravilloso ni lo sobrenatural (al contrario que en la francesa) y el poema suele ajustarse bastante a los hechos históricos. La localización geográfica también es muy precisa, así como la descripción de personas y costumbres.

  • Por último, cabe destacar su perdurabilidad en el tiempo. Los temas épicos se recogieron en crónicas, romances, obras de teatro, etcétera.
  • Ciclos y periodización

    El Cantar de Mio Cid es el único cantar castellano que se ha conservado casi íntegro. Las otras muestras de épica que han llegado hasta nosotros son un fragmento del Cantar de Roncesvalles y Las mocedades del Cid (también incompleto). Gracias a las crónicas, sin embargo, hoy tenemos noticia de los cantares perdidos. Todo este corpus suele clasificarse de acuerdo con su temática y con su período de formación.

    El criterio temático permite distribuir los textos épicos castellanos en tres ciclos:

  • El ciclo de los Condes de Castilla, compuesto por el Poema de Fernán González, Los siete infantes de Lara, La condesa traidora y el Romanz del infant Garcia.

  • El ciclo del Cid, que incluye el Cantar de rey don Fernando, el Cantar de Sancho II y cerco de Zamora, el Cantar de Mio Cid y Las mocedades de Rodrigo.

  • El ciclo Carolingio, en el que destacan Roncesvalles, Malnete y Bernardo del Carpio.


  • El estudio de la periodización conduce a la elaboración de tres categorías, cada una de las cuales corresponde a un momento de la génesis histórica de estas obras:

    Las obras del período de formación, que se extiende desde finales del siglo X a mediados del siglo XII, se caracterizan por su brevedad (alrededor de 500 versos) y por haber sido compuestas con anterioridad al comienzo del influjo francés. Lo componen los siguientes cantares: Don Rodrigo, Fernán González, Los siete infantes de Lara, La condesa traidora, Romanz del infant García, Cantar de Sancho ll y cerco de Zamora.

    El periodo intermedio es el de apogeo del género. Lo integran los poemas más extensos (alrededor de 4.000 versos), compuestos entre la segunda mitad del siglo XII y la primera mitad del siglo XV bajo la influencia de la épica francesa. En él se incluyen Roncesvalles, Bernardo del Carpio, Cantar de la mora Zaida, Cantar de Mio Cid.

    El tercer y último período, situado entre la segunda mitad del siglo XII y comienzos del siglo XV, se caracteriza por una hibridación formal. Los poemas son refundidos y prosificados en las crónicas, admiten elementos fabulosos y asumen un tono novelesco. Á este período de decadencia pertenece Las mocedades de Rodrigo.

    La prosa de ficción

    Los relatos de ficción comienzan a difundirse por la Península a partir del siglo XIII con la traducción del ciclo de la Vulgata y posvulgata. Estas historias se desarrollan ampliamente en el siglo XIV, con obras originales como El caballero Zifar, compuesta a principios del siglo. Su autor fue probablemente Ferrán Martínez, clérigo de Toledo. El libro narra las aventuras de Zifar, la separación y recuperación de su familia, las aventuras de su hijo, todo ello dentro de una estructura compleja en la que se intercalan exempla y episodios de índole sobrenatural.

    Esta literatura caballeresca procede de obras europeas. Toda esta producción se puede clasificar en materia antigua (Troya, Roma), materia de Francia (Carlomagno) y materia de Bretaña (Arturo, los caballeros de la tabla redonda, Tristán). Los temas de este último grupo son los que gozaron de mayor popularidad.

    El teatro

    El origen del teatro medieval se remonta a las celebraciones de tipo religioso, en las que se escenificaban sencillas piezas dramáticas. El germen de este teatro está en los tropos, cantos en latín que se intercalaban en el texto litúrgico; en un principio, eran cantados a dos voces por un coro, de manera que este breve diálogo es ya una muestra de género dramático. Estos tropos - cantados por los propios monjes o sacerdotes - se fueron ampliando y adaptaron elementos profanos, los cuales les confirieron un carácter más lúdico y pagano.

    Otros factores que intervinieron en la evolución del género fueron el paso del latín al castellano y el cambio del espacio escénico: del interior de la iglesia al pórtico o al claustro y, finalmente, a la plaza pública. En el ámbito de los actores, la intervención laica fue cada vez mayor, hasta la aparición de profesionales de la representación: los cómicos.

    Del teatro profano sólo nos han llegado noticias indirectas. En sus Partidas, Alfonso X prohíbe a los clérigos realizar «juegos de escarnio». Éstos debían ser piezas de tipo burlesco donde se parodiaban asuntos de tipo religioso. El teatro profano, por tanto, arrancó de esos dramas sacros, que, poco a poco, sufrieron un proceso de secularización.

    Se conserva gran número de piezas teatrales europeas y está documentada una importante actividad teatral en el reino de Aragón y Cataluña, hecho que contrasta con el panorama teatral castellano, en el que sólo se tiene constancia de actividad teatral en la catedral de Toledo, de donde procede el Auto de los Reyes Magos, única pieza dramática que se conserva.

    Bibliografía

  • Manual de Historia de la Literatura española 1: s.XIII al XVII
  • Entre oralidad y escritura: La Edad Media - Historia de la Literatura española
  • Enciclopedia Artel de Planeta-Agostini - Guía de estudio Volumen IV: "Lengua y literatura"
  • Literatura medieval - Enciclopedia de la Historia del Mundo
  • Wikipedia - Literatura medieval



  • Autor del resumen
    Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.
    Pablo Navarro

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