Subgénero: Ficción literaria, Literatura experimental
Año de publicación: 1951
Resumen de La colmena, de Camilo José Cela
La colmena se editó en Buenos Aires en 1951, pero no llegó a España hasta 1955 por oposición de la censura franquista, a pesar de que Camilo José Cela era un protegido de Juan Aparicio. La insistencia del autor conllevó la autorización de la primera edición española de La colmena tras el nombramiento de Manuel Fraga, y por fin pudimos leer una de las 100 mejores novelas en español del siglo XX.
La colmena es una obra abierta sin argumento ni desenlace. En su lugar, se cuentan los fragmentos de las vidas de diferentes personas que se entrecruzan entre sí, en capítulos extensos que se componen de pequeñas anécdotas. La colmena es el reflejo de la realidad, del día a día, de la sociedad madrileña de la época, de cómo las pequeñas vidas afectan a un mundo enorme.
Se podría decir que en La colmena hay un protagonista colectivo. El propio Camilo José Cela definía su obra como "un reloj hecho de múltiples ruedas y piececitas", pues las vidas de los personajes se entrecruzan para representar el vivir de un grupo de personas en una misma ciudad.
Así, existen personajes principales, telescópicos para dar profundidad a los primeros, incidentales y literarios.
El personaje principal sería Martín Marco, el carácter individual mejor definido de la novela y el único presente en todos sus capítulos. Se trata de un personaje contradictorio y humano que es, a su vez, un alter ego del autor porque, a través de él, Cela expresa los aspectos más importantes del significado de La colmena.
Respecto a los personajes telescópicos, destacan los siguientes:
Doña Rosa: dueña del café en el que la mayoría de personajes convergen. Representa la figura de un personaje triunfador, pero mezquino. Es una metáfora del poder dictatorial basado en la prepotencia y la humillación.
Los Moisés y Ventura Aguado: la familia de doña Visi, hermana de doña Rosa. Representan la hipocresía de las relaciones familiares, con un padre que ignora a su mujer, una madre beata que deposita sus esperanzas en el matrimonio de sus hijas y éstas, que no son tan inocentes como parece. Destacan Julita y su novio, Ventura Aguado.
Don Roberto y Filo: representan un matrimonio que se ama de verdad, con gestos tiernos, un rayo de sol en un mundo gris de dificultades.
Victorita: representa la necesidad, ya que Victorita decide prostituirse por su amor a Paco, enfermo de tuberculosis, para poder curarle.
Elvirita: representa la decadencia, ya que su vida está marcada por el pasado y el hambre. Su vida no tiene sentido.
Resumen de La colmena
Capítulo uno
En el café de doña Rosa acude un tipo de clientela dependiendo de la hora del día, salvo algunos clientes que llegan a todas horas y es como si formaran parte del lugar. Independientemente de quién acuda, doña Rosa suele regañar a sus empleados delante de la gente.
En este capítulo se nos habla de Leonardo Meléndez, que debe seis mil duros a Segundo Segura y a veces ni siquiera pude fumar porque no tiene ni para papel de tabaco. También se nos habla de don Jaime Arce, asiduo al café y hombre de bien que se quedó sin dinero por un engaño, y encima nadie le da trabajo.
Algunas clientas asiduas son amigas personales de doña Rosa, como doña Isabel y la señorita Elvira, o Elvirita. Otras personas, como don José Rodríguez, tienen más suerte: él es escribiente en un juzgado y acaba de recibir una enorme fortuna como herencia de su fallecida esposa, que murió poco después de la boda. En el café también hay un poeta que no sabe qué nombre ponerle a su poema.
Se nos presenta también a Don Trinidad García, que le da de comer a su nieto mientras rememora su turbulento pasado y cómo se truncó su carrera política. Los niños juegan, las muchachas hablan y Padilla, un cerillero del restaurante, es llamado por un cliente, Mauricio Segovia, que le pregunta por la actitud de doña Rosa con sus empleados. Cuando Padilla se lo explica, Mauricio le pide que le diga a doña Rosa que quiere hablar con ella, y la mujer acude a su mesa.
El afanador del café, Segundo, pregunta por Suárez, quien no es habitual en el café, para pasarle una llamada. Suárez queda con una persona y se marcha; en realidad, Suárez en homosexual, y le miran porque llama la atención por mucho que disimule. Mientras tanto, un cliente se niega a pagar y doña Rosa le echa.
Don Jaime habla con una señora a la que se le murió un hijo, mientras otro cliente, don José Rodríguez, habla sobre que lo normal es poder comprar alcohol con ocho duros, pero que hay familias que viven en la miseria y necesitan aprovechar ese dinero todo lo que pueden. Así, los clientes aparecen y desaparecen del café de doña Rosa, donde se habla de todo y de nada a la vez.
Entra Alfonsito, el repartidor, para entregar el periódico. Doña Rosa expresa su admiración por Hitler y el café queda en silencio. Un hombre, llamado Seoane, prefiere no pensar y comienza a tocar el violín sin muchas ganas.
Capítulo dos
Aunque Martín Marco intenta ser amable con el camarero del café, éste le acaba echando. Afuera hace frío y Martín observa la ciudad como un niño enfermo, aunque la cosa mejora cuando se encuentra con una antigua conocida.
Por otro lado, se nos habla de don Roberto González, esposo de Filo, quien a su vez es hermana de Martín. Don Roberto habla con su patrón, el señor Ramón, dueño de la panadería, para pedirle unos duros de más para el cumpleaños de su esposa. El señor Ramón, que es un hombre con una vida nada interesante, se los da. Cuando don Roberto llega a casa, ve en la calle a un niño ganándose la vida como cantaor en las calles. Martín, por su parte, observa los escaparates de las calles mientras piensa en su hermana, Filo.
Celestino Ortiz, dueño del bar Aurora, habla solo. Mientras tanto, Pablo, un muchacho joven, está entusiasmado por su nueva novia, Laurita, de 19 años. Pablo la impresiona diciéndole que, actualmente, ayuda a un amigo dándole cobijo en su casa. Mientras esto ocurre, el niño cantaor es humillado. Pablo tiene bastante dinero, lo que le permite conquistar a muchas chicas. Encandila a Laurita con un abrigo.
Martín odia a su cuñado, don Roberto, quien también odia a Martín. Por ello, Filo se encuentra entre la espada y la pared, porque sólo quiere que su marido y su hermano se lleven bien y poder reconciliar a su familia. Martín y Filo hablan cuando Roberto se marcha a la panadería, y resulta que Martín no se acordaba del cumpleaños de su hermana, por lo que ella le pide como regalo que le componga un poema como antaño.
Se nos habla de doña Visitación, o Visi, piensa que a los obreros no se les debe matar de hambre, sino poco a poco. También de Pablo y Laurita, otra vez, que están cenando en un restaurante y el resto de clientes no dejan de observarles.
La señorita Elvira reflexiona en soledad, pensando en cómo la edad le ha demostrado que tuvo tiempo para hacer todo lo que habría querido, pero no lo aprovechó. Ahora, su futuro se dibuja como una cama de hospital al lado de un radiados. Antes de irse a dormir, recitará doscientos credos seguidos.
Unos guardias entran en el bar de Celestino y éste oculta el libro que da nombre a su establecimiento: Aurora, de Nietzsche. Celestino recita algunos fragmentos del libro delante de los guardias, pero éstos primero le ignoran y luego, se ríen de él. Poco después, Celestino y Martín, que llegó cuando se fueron los guardias, se pelean: Martín reprocha a Celestino por ser un burgués y se enorgullece de ser pobre. Martín se tropieza con Paco y le cuenta que le han echado del café y se ha peleado en el bar. Paco le dice que debería descansar, por lo que Martín va a casa de su amigo Pablo Alonso.
El señor Suárez llega a casa de su padre, pero ella no contesta. Entonces, se marcha y se encuentra con el señor Jiménez Figueras, alias el astilla. Aquí descubrimos que el señor Suárez se hace llamar la fotógrafa. Ambos se dejan de inhibiciones y comienzan a chulearse el uno al otro.
Mientras tanto, don Leoncio Maestre piensa en la señorita Elvira. Decide ir al café de doña Rosa para encontrarse con Elvira, pero hace un escabroso descubrimiento. Entonces decide visitar a su vecino, don Ibrahim de Estolaza, para contarle que su vecina, la señora Margot, ha fallecido. Ibrahim se refiere a ella como la madre del maricón.
Mauricio Segovia, harto de ver cómo doña Rosa maltrata a sus empleados, se marcha del lugar pensando si es más miserable ella por tratarlos mal o ellos por no quejarse. Se va de fiesta con su hermano, Hermenegildo. Se cruzan con la fotógrafa y el astilla, que también se han ido de parranda, mientras un médico comprueba que la señora Margot está muerta.
Capítulo tres
Doña Matilde y doña Asunción son dos pensionistas que suelen ir al café de doña Rosa. La hija de doña Asunción se va a casar, y doña Matilde también tiene una buena noticia, pero prefiere guardársela.
Laurita se pone celosa y le monta una escena a Pablo, quien piensa que su novia es guapa, pero poco interesante.
Consorcio López, gerente del café, recibe una llamada de su exnovia Marujita para contarle que está en Madrid, que sus gemelos están bien y que su esposo lo espera en un hotel esa misma noche. Consorcio se enfada y tira todas las botellas de licor al suelo.
Celestino recibe la visita de Petrita, la criada de Filo, y se le ofrece por 22 pesetas. Celestino le pregunta por su novio, y ella dice que no le quiere y que está haciendo lo que hace porque quiere. Martín y Ventura Aguado fuman juntos, pues son amigos desde hace años. Martín le pide dinero a Aguado, y éste le habla de su novia.
"La fotógrafa" y "el astilla" se encuentran con las manos en la pared, a la espera de ser encarcelados. La noche anterior los habían detenido por conducta homosexual, pero nunca se lo dicen. La fotógrafa pide que la policía informe a su madre, que es anciana y no sabe nada de su orientación sexual.
Seoane se despide de su esposa Sonsoles, pero ella le guarda rencor pues nadie le dijo cómo era la realidad de la vida; antes, en la provincia, comía hasta hartarse, pero ahora en la capital se acuesta sin cenar.
Se nos presenta a las hijas de doña Visi: Julita, de 22 años; Visitación, de 20 años; y Esperanza, de 19 años. Julita está saliendo con Aguado, Esperanza tiene pareja fija, Agustín Rodríguez, y Visitación discutió con su novio y ahora está con un estudiante de Medicina, Alfredo Angulo.
Doña Rosa se enfada por las botellas de licor que tiró Consorcio y lo regaña delante de todo el mundo. Entonces, entra doña María Ranero de Gutiérrez, o doña Marujita, que pide por la dueña del lugar. Doña Marujita finge sorprenderse por la actitud de doña Rosa, aunque realmente no le extraña. Se dirige a doña Rosa y la explica que ella y su esposo tienen la intención de comprar su café. Doña Rosa responde que no venderá su negocio, pero doña Marujita le pide que se lo piense.
Martín se encuentra con una antigua compañera de colegio, Nati Robles, y van juntos al café. Mientras charlan, emergen los recuerdos y también los sentimientos.
Capítulo cuatro
Victorita discute con su madre respecto a la enfermedad de su novio, Paco, que tiene tuberculosis. Victorita desea poder darle a su novio toda la comida y los cuidados posibles para que mejore, pero su madre no está de acuerdo. El padre interviene a favor de Victorita, diciendo que, para lo que va a durar el novio, no merece la pena discutir.
Don Roberto llega a casa y lo recibe Filo. Roberto le pregunta a su mujer qué quiere por su cumpleaños, y Filo se alegra de que él recordara la fecha, aunque le pide cordura debido a su situación económica. Roberto le cuenta que en la panadería le dieron dinero de más para ellos y los niños.
Victorita llora en su casa: la situación en su casa es insostenible y la enfermedad de Paco lo complica todo. Ella había oído que la comida y las inyecciones curaban la tuberculosis, pero ella no tenía dinero suficiente para conseguir ni comida ni inyecciones suficientes, ni tampoco para escaparse con Paco. Le queda su amiga, la pirula, que se había casado con un hombre muy rico.
Martín tiene otro encuentro casual, esta vez con "la uruguaya", una mujer sin gracia y maleducada. Celestino, por su parte, observa su bar vacío salvo por un guardia que no deja de mirar su copa. No le importa que el guardia se quede hasta altas horas de la noche, ya que Celestino duerme en su bar para evitar que le roben.
La enfermedad de Paco empeoraba de la misma forma que la neurosis de la madre de Victorita. Un hombre la intercepta por la calle y flirtea con ella, y luego la esperó fuera de la imprenta donde trabajaba Victorita. Ella misma le contó su terrible situación, por lo que el hombre le ofrece ayuda a cambio de una petición: verla desnuda. Victoria toma un billete de ese hombre y se marcha. Recuerda entonces que, antes de que Paco enfermara, un usurero les ofreció un préstamo de 30.000 pesetas, una deuda para toda la vida, pero con la que podrían irse de Madrid, aunque esa oferta la ofreció mientras acariciaba los senos de Victorita. Decidió preguntar a Paco qué opinaba al respecto.
Martín es detenido por la policía, le interrogan y le dejan marchar. Recorre las calles asustado y va a buscar a la Marujita a un lupanar. Le recibe doña Jesusa, quien lo invita a pasar. Doña Jesusa conoció a la madre de Martín y tiene un buen recuerdo de ella, por lo que decide ayudarle y dejarle pernoctar allí.
Capítulo cinco
Julita, la hija de doña Visi, suele llegar puntual a casa, aunque en esta ocasión no dice de dónde viene ni por qué huele a tabaco. Aquí nos enteramos de que doña Visi es la hermana de doña Rosa. Julita le dice que tuvo un encuentro con su padre, don Roque, algo que doña Visi ignoraba. Al final, Julita, que se apena de lo tonta que es su madre, confiesa que estuvo con un hombre que fumaba puros, y doña Visi le da su bendición.
Victorita va a la lechería de doña Ramona Bragado, una alcahueta que consigue citas entre hombres y sus pupilas. Victorita la pregunta por un hombre que quería acostarse con ella, que aceptará para sacar a su novio de su enfermedad, pero doña Ramona no la ayuda. Aparece Miguel, quien le ofrece un café para tranquilizar a Victorita, pero ella le pide que se acueste con ella a cambio de dinero.
En el café, doña Rosa y Elvirita discuten sobre si es mejor cenar ligero o pesado. El violinista Seoane, antes de ir al café, para por una óptica para preguntar, pues la ceguera de su mujer empeora por momentos, aunque con el dinero que tiene no le da para pagar nada.
Martín se marcha al café; ahora tiene un poco de dinero y piensa comprar algo para darle una lección a doña Rosa. Cuando llega, ve que la dueña está gritando, como siempre, pero él sigue con su plan y sale del café gritando que allí sólo se sirve bazofia.
Don Roque va a la pensión de doña Celia para acostarse con su amante, Lola. Celia atiende a Aguado y luego, a Lola. Ésta espera a don Roque desnuda en la habitación mientras doña Celia la espía por la cerradura. Julita se despide de su novio Aguado y se marcha, y entonces se encuentra con su padre. Ambos mienten sobre el motivo por el cual están allí y se despiden.
Seoane toca el violín en el café. Va al baño y se encuentra cinco duros, con los que al día siguiente va a la óptica para comprarle unas gafas a su mujer. Por su parte, Martín, orgulloso de su hazaña, piensa en comprarle algo bonito a Nati y va a una tienda de segunda mano para comprarle un grabado, y entonces se da cuenta de que ha perdido los cinco duros que le sobraban.
Capítulo seis
Dorita, una de las pupilas del prostíbulo de doña Jesusa, conoció de joven a un seminarista que quiso dejar de verla cuando se embarazó. Emigró a la capital cuando sus padres la echaron de casa y se casó, aunque el matrimonio no prosperó porque perdió a sus tres hijos. Mientras caminaba por las calles, conoció a doña Jesusa y se hizo amiga de Martín. Éste amanece en los brazos de una prostituta, Pura, a quien le recita unos versos.
La madre de Victorita la despierta de repente, y a la joven le entran ganas de llorar. El niño cantaor recibe el amanecer bajo un puente. Doña Margot tiene los ojos abiertos, aunque no despertará nunca más. Elvirita se despierta temprano.
Final
Doña Rosa se encuentra con su hermana, doña Visi, y pregunta por Julita. Doña Visi contesta que a esa muchacha le hace falta un novio, y que las cosas cambian mucho en muy pocos días. Martín pensaba en un verso para el aniversario luctuoso de su madre.
Doña Jesusa se encuentra con Pura y le pregunta si sabe lo de Martín, y Pura niega, a lo que doña Jesusa le muestra un periódico. Lo mismo ocurre en el bar de Celestino cuando Paco pregunta por Martín. Aguado habla por teléfono con Julita y queda con ella para enseñarle algo importante; quedan en el metro y, allí, Aguado le enseña un periódico a Julita, que se preocupa y le sugiere que visite a la hermana de Martín a ver si ella sabe algo.
Don Roberto habla con su jefe, el señor Ramón, y le explica que no podrá ir a trabajar por motivos familiares. Al principio el señor Ramón no sabe si concederle otro favor a don Roberto, pero al final accede a esconderle unos días y nada más. En la radio se anuncia una conferencia de los tres líderes aliados sobre la derrota de los nazis. Mientras, Filo llora desconsolada, asegurando que su hermano no ha hecho nada y que su marido está con un amigo.
Martín visita a su madre en el cementerio. Luego de rezar por ella, Martín se va del cementerio, contento; piensa cambiar de vida y conseguir un trabajo. Lee algo en un periódico sobre la guerra, pero nada sobre los edictos ni el racionamiento de los pueblos del cinturón.
Opinión de La colmena
La colmena es un libro difícil. Se considera la novela más ambiciosa y sobresaliente de Camilo José Cela junto con La familia de Pascual Duarte, aunque existen muchos detractores de La colmena, precisamente, por su falta de argumento lineal y, sobre todo, por su gran cantidad de personajes.
Esta novela trata del ambiente que se crea a través de las anécdotas mundanas de un grupo de personas que representan diferentes aspectos de la sociedad madrileña. Su nombre evoca a una colmena de zánganos en el Madrid de la posguerra. No es de extrañar, ya que de Cela siempre se ha criticado su incapacidad de desarrollar personajes profundos. De hecho, Martín Marco es uno de sus personajes mejor conseguidos, y no deja de ser un alter ego de su persona.
La colmena puede tener muchos personajes y nada de argumento, pero de eso se trata: de reflejar todos los estratos sociales de una época, de una realidad, donde no hay un protagonista fijo porque todos somos los protagonistas de nuestra propia historia. Es una novela que pide creatividad y esfuerzo por parte del lector; una tarea ardua que es recompensada con la magia de las mejores novelas de todos los tiempos.
Última actualización: 21 junio, 2020
Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.