Orgullo y prejuicio
Resumen del libro de Jane Austen

Orgullo y prejuicio
Título: Orgullo y prejuicio
Autor: Jane Austen
Género: Novela
Subgénero: Novela rosa, Sátira, Novela de costumbres, Ficción literaria, Romance histórico
Año de publicación: 1813

Resumen de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen

El 28 de enero de 1813 se publica por primera vez Orgullo y prejuicio, la que se convertiría en una de las obras más reconocidas de la litera inglesa. Ésta se publicó inicialmente como una obra anónima, ya que el padre de su autora, Jane Austen, se la ofreció a un editor que la rechazó.

Sin embargo, Jane Austen pudo acabar presumiendo de haber escrito a la edad de veinte años una de las mejores novelas de la historia de la literatura. De manera poético e irónica, Jane Austen refleja cómo debajo de la aparente perfección de la sociedad británica del cambio de siglo se esconden las apariencias y los prejuicios, todo mientras sigue de cerca la vida cotidiana de personajes comunes y corrientes.


MENÚ RÁPIDO

1.- Personajes de Orgullo y prejuicio
1.1. - Personajes principales
1.2. - Personajes secundarios
2.- Resumen de Orgullo y prejuicio
2.1. - La primera impresión
2.2. - La visita inesperada
2.3. - Las esperanzas frustradas
2.4. - La segunda propuesta
2.5. - Las palabras aclaratorias
2.6. - El reencuentro en Pemberley
2.7. - La búsqueda de Lydia
2.8. - La doble felicidad
3.- Opinión de Orgullo y prejuicio

Personajes de Orgullo y prejuicio

Personajes principales:

  • Elizabeth Bennet: segunda de cinco hermanas, una joven de 20 años inteligente e ingeniosa, algo orgullosa y prejuiciosa al principio de la historia. Tiende a dejarse llevar por las primeras impresiones, pero poco a poco descubre que no todo es lo que parece.

  • Fitzwilliam Darcy: segundo interés amoroso de Elizabeth. Es un hombre inteligente y tímido que da la impresión de ser arrogante y orgulloso. En el fondo, es un muchacho honesto y amable. Al principio cree que Elizabeth es una muchacha inferior a él por provenir de una familia humilde, pero poco a poco se enamora de ella.


  • Personajes secundarios:

  • Señor Bennet: cabeza de la familia Bennet, tiene esposa y cinco hijas. Su propiedad está vinculada al señor Collins, que la heredará cuando él muera. Es un hombre simpático e inteligente, pero sarcástico y excéntrico. Suele encerrarse en su estudio y desentenderse de la educación de sus hijas.

  • Señora Bennet: una mujer maleducada y chismosa cuya meta en la vida es casar a sus cinco hijas con hombres ricos. La autora critica a menudo que es una mujer que está jugando con la decisión más importante que van a tener que tomar sus hijas.

  • Jane Bennet: hija mayor de los Bennet, de 23 años. Se la considera la más hermosa de las cinco hermanas. Es una muchacha desinteresada y amable, aunque es difícil discernir sus sentimientos hacia otras personas porque es reservada y trata con mucha dulzura a todo el mundo. Tímida e ingenua, no ve maldad en las personas. Se enamora de Charles Bingley.

  • Mary Bennet: la más seria de las cinco hermanas. Es bibliófila y aguda. Al ser poco agraciada, la comparan mucho con sus otras hermanas, lo que la duele. Disimula este sentimiento fingiendo que no le interesan las reuniones sociales ni los hombres, y que lo que realmente le interesa es pulir sus dotes intelectuales. Para ello, utiliza un lenguaje rebuscado y complejo para parecer superior, lo que la hace pedante a ojos de los demás.

  • Catherine "Kitty" Bennet: compinche de Lydia, la imita en todo y quiere ser como ella, por lo que se pone celosa cuando a Lydia la invitan a reuniones sociales y eventos a los que Katty no está invitada. Es vanidosa y materialista. Tras la fuga de Lydia, Kitty se da cuenta de su hermana era una mala influencia para ella y, al estar separada, ahora Kitty es una muchacha más correcta y centrada.

  • Lydia Bennet: la más joven de las cinco hermanas, una muchacha de 15 años coqueta, inocente e imprudente. Se dedica a intentar conseguir sus caprichos y a tontear con oficiales. El oficial Wickham la seduce y se fuga junto a él a Londres. Darcy convence al oficial Wickham para que se case con ella.

  • Charles Bingley: amigo de Darcy, un hombre atractivo, amable y de inmensa fortuna. No le importa mezclarse con aquellas personas que pertenecen a una clase más baja que la suya, lo que le ayuda a conocer a Jane, por la que se siente inmediatamente atraído. Debido a la timidez de Jane, Charles no entiende muy bien qué siente ella por él y, como Charles es un hombre al que no se le da nada bien la resolución de conflictos y depende de la opinión de los demás, se deja influenciar por sus hermanas y por su amigo Darcy para abandonar a Jane.

  • William Collins: sobrino del señor Bennet y heredero de Longbourn al ser su pariente varón más cercano. Es un hombre pomposo que besa los pies de su bienhechora, Lady Catherine de Bourgh. Decidido a presentarle a Lady Catherine una buena esposa, intenta encandilar a Jane y luego, a Elizabeth. Tras el rechazo de la segunda, decide proponerle matrimonio a Charlotte, amiga de Elizabeth, quien acepta.

  • George Wickham: un oficial, enemigo del señor Darcy. Es mentiroso y manipulador, y utiliza sus encantos y su atractivo para encandilar a muchachas, especialmente a Elizabeth. Su padre era el administrador del patrimonio de la familia Darcy, por lo que es muy cercano a Darcy y a su hermana Georgina. Wickham intentó raptar a Georgina y fugarse con ella para conseguir su dote. Wickham se fuga con Lydia y Darcy los descubre, por lo que le entrega una gran suma de dinero a cambio de que se case con ella.

  • Charlotte Lucas: mejor amiga de Elizabeth. Cuando se entera de que ésta ha rechazado al señor Collins, pasa tiempo con él hasta que éste le propone matrimonio. Lo hace a sabiendas de que, a sus 27 años, se la considera demasiado “vieja” para conseguir marido y se encuentra en una precaria situación económica, por lo que el señor Collins es idóneo para ayudarla a conseguir una fortuna que mejore su estatus. Elizabeth no comprende su situación precaria y la enfrenta por renunciar al amor a favor del dinero, a lo que Charlotte responde que no todas pueden permitirse el lujo de ser románticas.

  • Georgiana Darcy: hermana de Darcy, una muchacha tímida que siente mucho cariño por su hermano. Apoya la relación de éste con Elizabeth, a pesar de ser un poco atropellada. Años atrás estuvo a punto de fugarse con Wickham, ya que éste la había seducido aprovechándose de su corta edad y su inocencia, pero consiguieron impedirlo. Para ir con cuidado, en sociedad se muestra reservada, silenciosa e inexpresiva para no cometer ningún error, por lo que los demás piensan de ella que es tan estirada y arrogante como creen que es su hermano.

  • Lady Catherine de Bourgh: tía de Darcy y bienhechora del señor Collins. Es una condesa rica, muy recta y entrometida, crítica y exigente con las damas. Al ser una mujer de alto estatus, se considera con la autoridad suficiente como para criticar e imponer su voluntad a otras personas. Su objetivo es que Darcy se case con su hija.

  • Anne de Bourgh: hija de Lady Catherine, una muchacha de constitución débil que casi siempre está enferma y apenas sale de casa. Caroline Bingley y Lousia Hurst: hermanas de Charles Bingley. Conspiran junto a Darcy para que Charles abandone a Jane. Lousia está casada con el señor Hurst, un hombre frívolo cuya única pasión en la vida es jugar a las cartas.

  • Resumen de Orgullo y prejuicio


    La primera impresión

    La señora Bennet tiene cinco hijas casaderas, pero ninguna tiene una dote digna de mención. Por suerte, Netherfield, propiedad de su vecina, es alquilado por Charles Bingley, un joven soltero que es un buen partido para sus hijas, pues es amable, atractivo, abierto y adinerado.

    Durante un baile, las chicas de la región pueden suponer un problema, pero esta preocupación dura poco ya que Charles se esmera para conseguir la atención de Jane, la hija mayor de la señora Bennet y, además, la más hermosa de las cinco hermanas. No ocurre lo mismo con el amigo de Charles, Fitzwilliam Darcy, el cual no cae bien a nadie. Es un hombre alto y de cabello oscuro que muestra una actitud burlona y arrogante. Él sólo baila con las parientes femeninas de Charles y habla mal de Elizabeth, la segunda hija de la señora Bennet, y de su familia, tan alto que Elizabeth le escucha.

    La señora Bennet intenta juntar a su hija Jane con Charles. Las hermanas de éste invitan a Jane a cenar, y la señora Bennet deja a su hija ir a caballo desde su finca familiar (Longbourn) hasta Netherfield, en lugar de ir en carruaje. Esperan a que llueva para que Jane tenga una excusa para pasar la noche en casa de Charles, lo que resulta en Jane cogiendo un fuerte resfriado y guardando cama en la casa de los Bingley.

    A la mañana siguiente, Elizabeth camina las tres millas que separan su finca de la finca de los Bingley para hacer compañía a su hermana. Llega a la casa con las enaguas sucias y las mejillas coloradas, por lo que las hermanas de Charles la tratan de forma despectiva. Sin embargo, Darcy se muestra impresionado por la actitud de Elizabeth, tan ingeniosa y decidida, si bien en su interior se libra una batalla entre la admiración que siente por Elizabeth y el desprecio que siente hacia su familia. Esto se debe a que la señora Bennet proviene de una familia de abogados, es ruidosa, inculta y de malos modales.

    Además de Jane y Elizabeth, también encontramos a sus otras tres hermanas: Mary, una bibliófila a la que le gusta ser la voz cantante y hacer comentarios sabihondos que la hagan quedar por encima de los demás; y Kitty y Lydia, que se dedican a coquetear con los oficiales de forma descarada.

    La visita inesperada


    El señor Collins, un párroco que es sobrino del señor Bennet, anuncia su visita a Longbourn. Según la ley de sucesión, él sería el heredero de la casa a la muerte del señor Bennet, algo que la señora Bennet no puede permitir. La familia cree que va a la casa para echar de allí a los residentes y quedársela, pero la sorpresa es mayúscula cuando el señor Collins le propone matrimonio a Elizabeth. El señor Collins está convencido de que ella aceptará la propuesta, aunque sea para quedarse con Longbourn; sin embargo, Elizabeth lo rechaza, horrorizada ante la idea. El señor Collins cree que lo rechaza para hacerse la interesante y se lo vuelve a pedir, a lo que la señora Bennet dice que convencerá a Elizabeth para que se case con él. Esto hace dudar al señor Collins, que, como párroco, no puede permitirse tener una esposa tan caprichosa y altanera. Además, a su regreso de Longbourn quiere presentarle una buena esposa a su bienhechora, Lady Catherine de Bourgh.

    Al día siguiente, el señor Collins le propone matrimonio a Charlotte, una amiga de Elizabeth, quien acepta gustosa. Elizabeth la enfrenta por ello, pero Charlotte le dice a su amiga que es lo único que puede hacer, ya que se encuentra en la "avanzada edad" de 27 años y tanto su apariencia como su fortuna son mediocres. Elizabeth insiste en que ella cree en el amor verdadero y que nunca se dejaría embaucar de esa manera. De hecho, confiesa que se siente atraída por el oficial Wickham, un muchacho apuesto y encantador.

    Wickham, además, le ha dado a Elizabeth razones para desconfiar de Darcy, pues le ha contado que éste le ha estado estafando su herencia. Y es que el padre de Wickham era el administrador de la finca de los Darcy, y le había legado a su hijo un puesto de párroco, pero Darcy le otorgó el puesto a otra persona, a pesar de que el oficial Wickham quería ser párroco. Jane le dice a su hermana Elizabeth que escuche primero la versión de Darcy antes de sacar conclusiones, pero Elizabeth, indignada, rechaza la advertencia de su hermana mayor.

    Las esperanzas frustradas


    Jane está confusa porque su madre presume de la inminente boda entre su hija mayor y el señor Bingley, pero Charles se había marchado de viaje a Londres sin dirigirle una sola palabra de despedida a Jane. Caroline, hermana de Charles, no le da en sus cartas ninguna esperanza de que regrese; de hecho, le escribe a Jane que su hermano se enamoró de la señorita Darcy. Jane, que es una muchacha desinteresa, dulce y amable, acepta este revés del destino con tristeza. Elizabeth está convencida de que Darcy y las hermanas de Charles han conspirado para separar a éste de Jane.

    Llega de visita el señor Gardiner, hermano de la señora Bennet, junto a su esposa. Ambos proponen llevar a Jane a Londres de viaje durante unos meses para que, con el cambio de aires, pueda distraerse. Antes de marchar, la señora Gardiner le hace una advertencia a Elizabeth: que no se enamora de Wickham, pues la falta de fortuna hace que se trata de una relación poco favorable. Elizabeth lo comprende, aunque no promete nada porque cree que el amor toma sus propios caminos. Desgraciadamente, es Wickham quien da de lado a Elizabeth por una joven sin encanto alguno, pero inmensamente rica. Es así como Wickham abandona a Elizabeth.

    La segunda propuesta


    Elizabeth va a Hunsford para visitar a su amiga Charlotte, y allí pasa mucho tiempo en la finca de Lady Catherine de Bourgh. El señor Collins había hablado tan bien de ella que prácticamente era una santa; sin embargo, al conocerla, Elizabeth descubre que Lady Catherine es autoritaria, pedante y ofensiva. Tanto es así que Elizabeth llega a agradecer la visita de Darcy y el coronel Fitzwilliam a Lady Catherine. Y es que Lady Catherine es la tía de Darcy.

    Lady Catherine quiere comprometer a Darcy con su hija enferma, pero tanto Darcy como el coronel pasan demasiado tiempo en la casa parroquial donde Elizabeth está de visita. De hecho, cada vez que Elizabeth sale a pasear se encuentra con Darcy, quien un día la visita sólo para decirle que está enamorado de ella. Darcy confiesa a Elizabeth que había luchado contra estos sentimientos a sabiendas de sus orígenes humildes, pero había caído presa de sus encantos igualmente, y le propone matrimonio. Elizabeth se enfurece antes tales declaraciones y, además, descubrió antes de esta propuesta gracias al coronel que, efectivamente, Darcy había conspirado con las hermanas de Charles para que éste abandonara a Jane.

    Elizabeth rechaza la propuesta de Darcy, lo que le sorprende y enfurece a partes iguales. Elizabeth le explica que es ofensivo que la aprecie en contra de su voluntad y su razón, y que ese discurso, lejos de ser romántico, es humillante para ella. También acusa a Darcy de haberle quitado la herencia al oficial Wickham y de que Jane y Charles no puedan ser felices juntos por su culpa. Darcy se marcha, visiblemente irritado.

    Las palabras aclaratorias


    Al día siguiente, Darcy vuelve a esperar a Elizabeth durante su paseo. Cuando la ve, le entrega una carta donde le cuenta su versión de los hechos, en la cual señal al oficial Wickham como un mentiroso y estafador. Relata que el oficial Wickham nunca quiso ser párroco, por lo que Darcy le dio una gran suma de dinero para que pudiera estudiar jurisprudencia, pero Wickham despilfarró el dinero. Tras eso, volvió a ver a Darcy para decirle que había cambiado de parecer y quería ser párroco, pero Darcy rechazó su petición y Wickham intentó fugarse con Georgina, la hermana de Darcy, para embaucarla y conseguir su dinero.

    En la carta, Darcy también le da su opinión a Elizabeth sobre su hermana, Jane, y su relación con el señor Bingley. Según Darcy, vio a Jane con una actitud muy controlada y amable que nunca correspondió a los sentimientos de su amigo Charles, aunque admite que pudo estar equivocado respecto a esa impresión. Sin embargo, al ver el comportamiento vergonzoso y los pocos modales de su madre y sus otras tres hermanas, Darcy decidió impedir que Jane y Charles tuvieran una relación.

    Elizabeth reflexiona sobre el contenido de la carta. No le gusta lo que opina Darcy de su familia, aunque esto es porque se siente avergonzada al admitir, en el fondo, que Darcy tiene razón. Cuando regresa a Longbourn, sus hermanas Kitty y Lydia la reciben hablándola sobre hombres, moda y otros temas que Elizabeth considera vulgares y absurdos. Además, las hermanas se muestran inconsolables ante la noticia de que el regimiento con el que coquetean vaya a ser trasladado a Brighton. De hecho, una amiga de Lydia la invita a pasar el verano con ella y su esposo en Brighton y Elizabeth intenta impedir ese viaje, sin éxito.

    El reencuentro en Pemberley


    Elizabeth acompaña al matrimonio Gardiner a un viaje de verano en Derbyshire. Allí también se encuentra Pemberley, el castillo rural del señor Darcy. Una vez Elizabeth se asegura de que Darcy no está por allí, decide visitar el castillo. El buen gusto de la mansión, acompañado del paisaje natural que lo rodea, supera las expectativas de Elizabeth. Allí se encuentra con el ama de llaves, que le cuenta a Elizabeth que Darcy es el caballero más amable y gentil que ha conocido.

    Volviendo del castillo, Elizabeth se encuentra con Darcy, que ha llegado a Pemberley un día antes de lo previsto. Elizabeth queda muda de desconcierto al ver a un irreconocible Darcy: la trata a ella y a sus parientes con respeto, es amable, comunicativo. No parece el mismo Darcy orgulloso y clasista que había conocido.

    En los días siguientes, Darcy les presenta a su hermana y busca su compañía todo lo posible. Es por eso que Darcy está presente cuando llega una funesta carta de Jane en la que explica que Lydia se ha fugado con el oficial Wickham. Supuestamente se habían escapado a Escocia para casarse, pero luego se supo que el oficial no quería ninguna boda y que se estaba escondiendo con Lydia en Londres. La deshonra de su familia es tan grande que Elizabeth pierde toda esperanza de reavivar la chispa que había entre ella y Darcy.

    La búsqueda de Lydia


    Elizabeth viaja con el matrimonio Gardiner a Longbourn lo más rápido posible. Antes de su regreso a Londres, la señora Bennet le pide a su hermano, el señor Gardiner, que encuentra a Lydia y consiga que se case de inmediato. Sin embargo, el oficial Wickham tiene muchas deudas que saldar, por lo que una posible boda se antoja lejana, ya que no tiene motivos para casarse con Lydia, que no disfruta de un buen estatus ni presume de tener una inmensa fortuna.

    Le llega una carta al señor Gardiner donde se explica que tanto Lydia como su amante están bien. El oficial Wickham explica que aceptará casarse con Lydia con la condición de recibir cien libras al año, así como la parte de Lydia de su escasa herencia. El señor Bennet, al saber esto, acepta a regañadientes, aunque considera que es una exigencia relativamente modesta y sospecha que el señor Gardiner sobornó al oficial Wickham con una suma considerable para conseguir que se casara con Lydia.

    Cuando por fin visitan a su familia, ni Lydia ni el oficial Wickham muestran un ápice de remordimiento o arrepentimiento. Lydia, recién casada, se burla de Jane por seguir soltera y presume de su anillo de bodas ante sus hermanas. También menciona que Darcy estuvo presente en la boda. A través de la señora Gardiner, Elizabeth descubre lo que sucedió en Londres: no fue el señor Gardiner, sino Darcy quien encontró a Lydia y al oficial Wickham y pagó las deudas de éste, además de darle dinero extra para que se casara con Lydia. Pero no quería que nadie de la familia lo supiera nunca.

    La doble felicidad


    Charles regresa a Netherfield con Darcy. Está claro que Charles sigue enamorado de Jane, y Elizabeth se da cuenta de que, esta vez, Darcy no se va a interponer entre esta relación. Una noche, la señora Bennet saca a todas sus hijas del salón para que Charles se quede a solas con Jane y le proponga matrimonio.

    Darcy, para decepción de Elizabeth, se muestra reservado y no habla con ella, y pronto se marcha solo a Londres. Poco después aparece en Longbourn Lady Catherine y exige hablar a solas con Elizabeth, pues ha llegado a sus oídos que Darcy quiere casarse con ella y eso no puede ser, pues Darcy está reservado para su hija enferma. Intenta convencer a Elizabeth apelando al sentido del honor, para que la muchacha renuncie a Darcy, pero no lo consigue. Así, Lady Catherine se marcha de Longbourn anunciando que hará cambiar de opinión a su sobrino.

    Sin embargo, al poner en marcha su plan, Lady Catherine consigue lo contrario de lo que quería. Al enterarse Darcy de que su tía intentó convencer a Elizabeth de que renunciara a él y no lo consiguió, Darcy se da cuenta de que Elizabeth sigue sintiendo algo por él y se marcha de Londres en busca de la muchacha. Cuando la encuentra, Darcy le hace una segunda propuesta de matrimonio a Elizabeth, y ésta por fin acepta.


    Opinión de Orgullo y prejuicio

    Orgullo y prejuicio es una excelente crítica a las costumbres matrimoniales británicas a principios del siglo XIX. Jane Austen firmó una novela costumbrista con claros toques feministas al retratar de una forma tan aguda y directa el cómo las mujeres no podían obtener reconocimiento social ni seguridad económica gracias a sus propias acciones, sino a través del matrimonio. Casarse con hombres ricos y bien posicionados era la única manera que tenían de alcanzar cierta estabilidad, por lo que se les exigía ser cultas, leídas, hermosas y educadas, pero no demasiado inteligentes para no hacer que su futuro esposo se sintiera pequeño.

    Cada personaje de la novela tiene un motivo diferente para casarse: materialismo, estabilidad o amor. La propia protagonista, Elizabeth, es una muchacha de origen humilde, pero con una situación económica lo suficientemente segura como para permitirse rechazar a Darcy hasta que éste demuestra ser un buen hombre, y no sólo un hombre rico. Esto hace que Elizabeth se sienta moralmente superior a otras mujeres más materialistas, como sus hermanas o su amiga Charlotte. Sin embargo, es Charlotte quien nos ofrece otra mirada distinta de este tipo de comportamiento por parte de algunas muchachas: "No todas podemos permitirnos el lujo de ser románticas". Charlotte no enseña que, aunque el amor es el pilar fundamental en una relación, en una época así a veces había que ceder para conseguir una estabilidad financiera, porque el amor y el orgullo serían la perdición de algunas muchachas que, por sí solas, no podrían haber llegado a nada.

    Todo esto se debe al clasismo de la época, que queda patente durante toda la novela. Diferentes personajes, sobre todo aquellos más pudientes, muestran un claro desprecio hacia las clases inferiores. Algunos de estos personajes ni siquiera se dignan a juntarse con aquellas personas que no son de su estatus. Otros aprenden que estos prejuicios son venenosos, como Darcy cuando deja atrás sus prejuicios sobre la familia de Elizabeth y decide ver más allá, encontrando así a una muchacha inteligente y capaz.

    Jane Austen parodia la limitada visión de una época dominada por las clases y los intereses, y consigue así escribir una novela revolucionaria centrándose en personas comunes en situaciones cotidianas. Es por eso que Jane Austen, con su obra, es considerada la fundadora de la novela moderna.


    Última actualización: 12 septiembre, 2020


    Autor del resumen
    Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.
    Pablo Navarro

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