Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós (1843-1920) es la máxima figura del realismo español. Nació en Canarias, pero se trasladó a Madrid para realizar estudios universitarios y se instaló allí de forma definitiva. Era persona de ideología liberal. Su afición por la historia le llevó a analizar y a observar atentamente el presente que es producto de épocas anteriores.

Escribió la primera novela, La fontana de oro, en 1867, aunque no fue publicada hasta 1870. Esta novela, a pesar de ser de tema histórico, está escrita con técnica claramente realista. Balzac y Dickens, autores que Galdós conocía, influirán en sus novelas.

La producción novelística de Galdós puede agruparse en tres épocas:

  • Primera época: La fontana de oro (1870), El audaz (1871), Doña Perfecta (1876), Gloria (1876-1877), La familia de León Roch (1878) y Marianela (1878) pertenecen a su primera época de novelista, que cubre los años que van de 1870 a 1880.

  • Segunda época: La segunda, que incluye los años entre 1880 y 1890, es la época de La desheredada (1881), El amigo Manso (1882), La de Bringas (1884), Lo prohibido (1884-1885), Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888) y Realidad (1889).

  • Tercera época: Por último, de 1890 a1900, Galdós dio a publicar Angel Guerra (1890-1891), Tristana (1892), Nazarín (1895), Misericordia (1897) y El abuelo (1897).

  • En las primeras novelas de Galdós, se puede ver cierto dualismo político y religioso. En estas obras se da la oposición entre lo tradicional y religioso por un lado, y lo moderno y liberal por otro. El problema religioso está enfocado desde un punto de vista social; se nota cierto tono partidista por parte del autor y los personajes están pintados de manera maniquea.

    La década de los ochenta es la mejor de la literatura galdosiana. En 1881 publica La desheredada, que ha sido considerada por parte de la crítica como la primera novela naturalista escrita en España. Sin embargo, otros críticos opinan que, aunque aparece cierto determinismo, esta obra se debe considerar, en su conjunto, una obra realista. El determinismo fisiológico, de clara influencia naturalista, va a aparecer en otro par de novelas de Galdós: Tormento (1884) y Lo prohibido (1884-1885).

    En esta década, las novelas galdosianas ya no serán defensas de una tesis, sino verdaderos retratos naturalistas de la sociedad madrileña de la segunda mitad de siglo. Los personajes están llenos de verismo. El ejemplo más claro es Fortunata y Jacinta (1887), en la que la ciudad de Madrid está plasmada de manera magistral y todo un reparto de personajes aparecen en la más plena movilidad realista. Además de esta obra, en estos años destacan El doctor Centeno (1883), La de Bringas (1884) y Miau (1888). Todas ellas están situadas en Madrid. En 1888, publica La incógnita y, al año siguiente, Realidad. Estas novelas marcan un poco el fin de la década; el realismo integrador y revelador de las novelas anteriores se desvanece, la realidad objetiva se torna difícil. Los personajes empiezan a perder la independencia y la movilidad que los caracterizaba.

    La década de los noventa se inicia con la publicación de Angel Guerra (1890-1891), cuya acción, esta vez, no ocurre en Madrid sino en Toledo. Las novelas de esta década tendrán cierto contenido idealista, pues la visión del mundo desde la que escribe Galdós cambia y, en consecuencia, su realismo también. Destacan Tristana (1892) y Misericordia (1897), esta última quizá una de las mejores obras de Galdós.

    En la última etapa de Galdós, y dentro de su producción teatral, se decide por la adaptación de algunas de sus novelas al teatro. Éstas son las mejores piezas teatrales de Galdós, en especial Doña Perfecta, El abuelo y Realidad. Esta última fue la primera obra que estrenó.

    Frente al teatro neorromántico de Echegaray, de gran éxito entre el público, Galdós presenta un teatro realista, en el que las pasiones y los caracteres bien definidos son característicos. Todo lo que de innovación hay en su teatro es lo que con anterioridad lo había sido en sus novelas. La obsesión galdosiana por la libertad, el amor y la justicia se reflejará en sus representaciones. Aunque poseía instinto dramático, adolecía del dominio de los recursos de la escena. El principal defecto de su teatro es la lentitud con que la acción se desarrolla.


    Resúmenes de Libros de Benito Pérez Galdós

    Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós
    Doña Perfecta
    1876
    Marianela, de Benito Pérez Galdós
    Marianela
    1878
    Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós
    Fortunata y Jacinta
    1887
    Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós
    Fortunata y Jacinta
    1887
    Marianela, de Benito Pérez Galdós
    Marianela
    1878
    Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós
    Doña Perfecta
    1876




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