Resumen de El chico de la última fila, de Juan Mayorga
En palabras de su autor, Juan Mayorga, El chico de la última fila es una obra sobre personas que han visto demasiado y otras que están aprendiendo a mirar. Esta obra de teatro cuenta la historia de Germán, un profesor que se siente sobrecogido con la inocente redacción de uno de sus alumnos.
Claudio: un muchacho de 17 años tímido, que se sienta en la última fila para poder observar a todo el mundo y que nadie le observe. Es solitario, inteligente y manipulador.
Germán: profesor de Lengua y Literatura, de 55 años. Está cansado de su profesión. De joven intentó ser escritor, pero fracasó en el intento; ahora, intenta animar a Claudio a escribir, adoptándolo como discípulo, ya que le gusta mucho su forma de narrar.
Personajes secundarios
Juana: esposa de Germán, de unos 50 años. Trabaja en una galería de arte. Claudio no le da buena espina y siente celos de él por la relación que tiene con su marido.
Rafa: mejor amigo de Claudio, de 17 años. Está muy unido a su padre.
Ester: madre de Rafa, de unos 45 años. Sueña con volver a estudiar Derecho y terminar la carrera, pero su marido no la comprende.
Rafael: de unos 45 años, un hombre muy obsesionado con su trabajo que no saca tiempo para su familia. Todos los domingos juega con Rafa al baloncesto.
Marta: hermana de Rafa, de unos 20 años. Está estudiando en Irlanda.
Eliana: empleada del hogar de Rafa y su familia.
Bruno: antiguo dueño de la galería de arte donde trabaja Juana.
Las gemelas: hijas de Bruno y jefas de Juana.
Mariano: compañero de trabajo de Rafael.
Resumen de El chico de la última fila
Primera parte
Germán, un profesor de Lengua y Literatura en un instituto, está fascinado con la redacción de Claudio, un muchacho de 17 años que se sienta en la última fila. Claudio cuenta que se ha hecho amigo de Rafa Artola y le va a ayudar con las Matemáticas a cambio de que él le ayude con Filosofía, pero su verdadero objetivo es entrar en casa de Rafa y conocer a su familia.
Juana, la mujer de Germán, lee la redacción y le preocupa su contenido, pero Germán sigue fascinado con la prosa de Claudio. Juana también está preocupada porque trabaja en una galería de arte, en la que está haciendo una exposición, y sus jefas la dan un mes para que venda algún objeto o cerrarán la galería.
Germán habla con Claudio y le anima a leerlo en clase, pero el muchacho contesta que ha escrito la redacción sólo para él. Le entrega una segunda redacción sobre los Artola, que Germán enseña de nuevo a Juana, quien opina que es repugnante. El profesor se identifica mucho con Claudio, ya que también se sentaba en la fila de atrás para ver a todo el mundo y que nadie le viera a él.
Claudio cuenta que Rafael, el padre de Rafa, le invitó una noche a quedarse a ver un partido con ellos en el salón, pero en mitad del encuentro se tuvo que marchar para hablar con un cliente chino, pues se plantea dejar el trabajo y trabajar con éste como socio. Por su parte, Ester, la madre de Rafa, quiere hacer reformas en casa y retomar sus estudios de Derecho, pero Rafael, en su lugar, la propone trabajar con él. Ester le dice a Rafael que le incomoda la presencia de Claudio en la casa, pero Rafael insiste en que se trata de un buen amigo de su hijo, Rafa.
Germán le explica a Claudio que a la historia le falta conflicto. Claudio le cuenta entonces que tiene que ayudar a Rafa con el examen de Matemáticas porque, si suspende, no le dejarán volver a entrar en la casa.
Segunda parte
Rafa consigue aprobar el examen y lo celebra con su padre y con Claudio echando unas canastas, pero Claudio se marcha. Claudio va a casa de Rafa, donde está Ester sola y, con la excusa de haberse olvidado del libro, entra en la casa. Allí, Claudio le dice a Ester que tiene unos pendientes iguales a los de su madre, que le abandonó cuando tenía nueve años. Ester le cuenta a Claudio que quiere terminar sus estudios de Derecho, los cuales abandonó para cuidar de sus hijos.
Germán comprende que Claudio está flirteando con Ester para añadir conflicto a su historia y le dice que no le parece bien. Insiste en hablar con su padre, pero Claudio se niega. También le dice que llame a su historia El chico de la última fila, pero Claudio quiere llamarla Los números imaginarios, en honor a los números imaginarios que tuvo que estudiar Rafa.
Claudio cuenta que le confesó a Ester que estuvo observando su casa desde el parque, cuando ella estaba en la terraza. Un día, se quedó a dormir en casa de Rafa y entró a escondidas en la habitación de sus padres para tocar la piel de Ester mientras dormía y mirar sus pies. Esto indigna a Juana cuando lee el relato.
Esto supone un punto de inflexión, ya que Germán le pide a Claudio que deje de escribir. El joven le dice que va a seguir haciéndolo, pues él le ha empujado a ello, a lo que Germán contesta que entonces será él quien deje de leer.
Tercera parte
Claudio escribe un poema a Ester y se lo entrega, poniéndola en un aprieto. Germán recrimina a Claudio por su actitud, pero Claudio le dice que quiere sacar a Ester de esa casa. Eventualmente, Claudio y Ester se besan. El profesor le pide al muchacho que termine la historia, y Claudio dice que tiene tres finales pensados, que escoja uno. Germán le pide un final feliz, pero Claudio tiene otros planes.
Al día siguiente Claudio va a la galería de Juana con una maleta, y le cuenta que Germán opina que su arte es una basura. Juana invita al muchacho a cenar a casa y allí se queda dormida, y Claudio la observa como hizo con Ester. Deja una última redacción en casa de Germán y se marcha.
Claudio espera a Ester sentado en el parque. Cuando ella llega, le da su poema de vuelta, lo abraza y se va. Entonces, aparece Germán y ve llorando a Claudio. Ambos imaginan cómo será la vida de las personas cuyas casas se ven desde el parque, y Claudio dice que siempre hay una forma de entrar en cualquier casa.
Germán opina que es un final muy malo para su historia, pero Claudio le dice que no es el final. Germán le amenaza y le dice que le matará si se acerca a su mujer, y Claudio le dice que siempre quiso entrar en su casa para saber cómo vivía y qué mujer sería capaz de aguantarlo. Germán le da una bofetada a Claudio y se marcha.
Opinión de El chico de la última fila
Al ser una obra de teatro, El chico de la última fila es una lectura ágil y entretenida. El autor consigue sumergir al lector en la trama, que se desdibuja entre la ficción y la realidad, y cuyo suspense radica en averiguar qué es real y qué no.
Juan Mayorga consigue crear una historia muy interesante con tintes de lo más mundanos: un profesor, un alumno y cómo se pueden llevar a cabo acciones sólo para que se desaten otras tantas que luego puedan plasmarse en un papel.
Los personajes mejor construidos son Germán y Claudio, que conforman una dinámica muy interesante. El resto no está tan bien desarrollado, pero bien puede ser la intención del autor, ya que la obra refleja lo que a Claudio le interesa y, al final, son todos personajes de su relato. En definitiva, una obra diferente y muy original que deja un buen sabor de boca.
Última actualización: 11 diciembre, 2020
Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.
Pablo Navarro
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