Resumen de Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena Brunet
Los renglones torcidos de Dios es una novela de Torcuato Luca de Tena, publicada en 1979. En ella se cuenta la historia de Alice Gould, una mujer que se interna en un hospital psiquiátrico. La versión oficial es que ha intentado envenenar a su marido, pero ella cuenta que eso es una fachada para cumplir su misión: resolver un crimen.
Alice Gould llega a un hospital psiquiátrico de Castilla, donde la van a internar. La historia oficial es que intentó envenenar a su marido y por eso la internan en el hospital, pero la realidad es que Alice Gould es una detective privada que está allí por petición de un cliente, Raimundo García del Olmo, que, con la ayuda del director del hospital, Samuel Alvar, internan a Alice para que busque en el hospital al asesino del padre de su cliente.
Alice tiene problemas de adaptación, ya que su cómplice, el director Samuel Alvar, está de viaje y su sustituto, el doctor Teodoro Ruipérez, no se fía mucho de su historia y cree que padece paranoia. Afortunadamente, un interno llamado Ignacio Urquieta se junta con Alice y la ayuda a adaptarse al lugar, así como algunas enfermeras muy amables, como Montse, que la ayuda mucho durante su estancia.
Alice conoce al doctor Arellano, un hombre muy interesado en su historia y que sí cree que Alice sea una detective privada. Le ofrece su ayuda a cambio de que le cuente toda la verdad, pero Alice dice que sólo hablará con el director.
El doctor Arellano realiza unos exámenes para comprobar el estado mental de Alice. Los resultados muestran que se trata de una mujer cultivada, inteligente, con una personalidad superior y que "carece de taras visibles", lo que confunde al personal del hospital y fascina todavía más al doctor Arellano. Éste sigue haciendo pruebas a Alice, conversando con ella sobre diferentes internos del hospital.
Segunda parte
Ignacio sigue juntándose con Alice, a la que ayuda y guía muy fielmente. Alice se percata de que Ignacio es un muchacho muy educado y coherente, que no parece mostrar indicios de trastorno mental, por lo que no entiende por qué está en el hospital. Ignacio es el único que admite que ese es su lugar, pero Alice no entiende el motivo. Un día, en el prado, comienza a llover e Ignacio comienza a correr en círculos, sin rumbo fijo, gritando desesperado. El personal del hospital lo recoge y lo lleva al interior. Alice quiere saber cómo está Ignacio, pero un interno llamado "el gnomo" intenta abusar de ella y Alice lo ataca y lo deja tirado en el prado.
Dentro del hospital, Alice pregunta por Ignacio y descubre que tiene una tremenda fobia al agua porque, de pequeño, estaba en una piscina con un amigo y éste se ahogó. Alice entonces se encuentra con Cosme, el hortelano del hospital, y le cuenta que "el gnomo" la atacó y ella se defendió y lo dejó tirado en el prado. Cuando Cosme va a buscar a "el gnomo", se lo encuentra muerto.
Un día, el director regresa de su viaje y Alice le cuenta todo lo que ya habían acordado sobre la investigación, pero Samuel Alvar dice no saber de qué está hablando. Alice, nerviosa, le grita y abofetea, y los enfermeros la colocan una camisa de fuerza para tranquilizarla. Ruipérez graba lo ocurrido y va con Alvar a mostrárselo al doctor Arellano, que sigue defendiendo la versión de Alice.
Alice comienza a dudar de la investigación, ya que le parece muy extraño que el director Alvar fingiera no saber nada al respecto. Reduce su lista de sospechosos a las tres personas que la ayudaron a montar la pantomima para internarse: su marido, su cliente y el director Alvar. Al final, llega a la conclusión de que su cliente es el culpable y que el director Alvar lo está ayudando.
Por su parte, Samuel Alvar se precipita en dar un diagnóstico de Alice con las grabaciones de su llegada y los testimonios de los doctores. El doctor Arellano le dice que no puede dar un diagnóstico con tan poca información. Más tarde, hay una reunión para evaluar a cada paciente, donde Alice cuenta su historia sobre por qué entró en el hospital, cuál es su objetivo y quiénes la ayudaron a internarse. Todos la escuchan detenidamente salvo el director Alvar. Alice se defiende ante el director y cuenta cuál es el crimen que está investigando: el asesinato del padre de su cliente, Raimundo García del Olmo. Una doctora propone llamar al marido de Alice para contarle dónde está su mujer, y Alice acusa al director Alvar de comportarse mal con ella.
Tercera parte
Días más tarde, los internos se van de excursión y algunos internos escapan. Al día siguiente, se celebra una fiesta porque una interna regresa a casa con sus padres, y Alice se acerca a la madre de la interna y le pide que eche dos cartas en un buzón.
Alice ve a mucha policía y pregunta qué ha ocurrido, y le cuentan que han encontrado a un interno, Rómulo, muerto junto a un etarra. También aparecen muertos dos etarras más. Alicia se pone una bata de doctora y habla con un policía para que le deje examinar los cuerpos de los fallecidos, haciéndose pasar por una doctora forense. Luego de eso, Alice es llamada a un interrogatorio para hablar de lo sucedido en la excursión.
En el interrogatorio, Alice saca a relucir sus dotes de detective y cuenta que el muerto no es Rómulo, sino Remo, su hermano gemelo. Su suposición es que un interno llamado "el hombre elefante" lo aplastó creyendo que era Rómulo, porque lo odiaba; en cuanto a dos etarras, Alice dice que fue Machimbarrena, un interno que trabajó en la marina y tenía un historial de violencia y asesinato. Los investigadores comprobaron que la versión de Alice tenía sentido y pudieron detener a los asesinos y cerrar el caso. Alice les pide que, antes de irse, llamen a su cliente, Raimundo García del Olmo, para contarle que ya había encontrado al asesino de su padre.
Raimundo por fin llega al hospital y Alice va a verlo. Sin embargo, cuando le ve la cara, no le reconoce y se marcha. Por la noche, Alice golpea al guardia y se escapa del hospital, huyendo en dirección contraria al pueblo. Durante la huida, sintió un fuerte dolor y un pastor llamó a unos guardias que estaban cerca de allí para socorrerla. Alice despierta en la Unidad de Demenciados. Allí conversa con el doctor Rosellini, jefe de la unidad, y éste le dice que la única forma que tiene de salir de allí es que destituyan al director Alvar, por lo que Alice pide a los internos y a los enfermeros que firmen un documento para que el director abandonara el centro.
Una de las cartas que envió Alice llega a su destinataria: María Luisa Fernández, una compañera de Alice que también era detective privada. María mandó a un amigo suyo, el excomisario Obdulio Limón, a investigar el caso de Alice. Con su ayuda y la de María, descubre que su marido había vendido dos casas que tenía en Inglaterra, por lo que firmó un papel para tramitar el divorcio.
En el hospital, hacen una reunión con motivo de la destitución de Samuel Alvar, a quien destinan a otro centro. El director Alvar se marchó con muy mala cara. Una semana después, Alice e Ignacio esperaban a que les dieran el alta para marcharse. Un día, algunos internos tiraron a Ignacio a la piscina y éste recordó su verdadero trauma: su amigo no se ahogó, sino que Ignacio lo mató porque lo tiró al agua con patines, le hizo una aguadilla y se fue corriendo sin saber que lo había matado. Pero, para su sorpresa, el suceso de la piscina le hizo superar su fobia al agua y a los pocos días, se marchó, recuperado.
En el hospital hacen una nueva junta para escoger al nuevo director y escogen a la doctora Bernardos. Por fin le dan el alta a Alice y cuando está a punto de marcharse, dan una orden de que nadie puede salir del centro y debe quedarse una noche más. La detective María Luisa va a hablar con la directora Bernardos porque, investigando, había encontrado datos concluyentes sobre el caso de Alice: la mujer, que en realidad se llama Alicia de Almenara, tiene paranoia provocada por su marido, que la expoliaba y convirtió su casa en un burdel. Alice intentó envenenar realmente a su marido y empezó a imaginarse que un médico amigo suyo era Raimundo, su cliente. Los doctores escuchan esta historia, pero llegan a la conclusión de que Alice no es peligrosa y su paranoia no volvería a aparecer siempre y cuando Alice no se encontrase con su marido, por lo que le dejan irse a casa.
Alice, de camino a su casa, se da cuenta de que, cuanto más se aleja del hospital psiquiátrico, más empeoraba su salud. De modo que Alice decide regresar al hospital, donde sustituye a la enfermera Montse.
Personajes de Los renglones torcidos de Dios
Personajes principales
Alice Gould: protagonista de la historia, una mujer en la cuarentena, muy inteligente y perspicaz, manipuladora y maestra del engaño. Es muy segura de sí misma, llegando a rozar la insolencia. Ingresa en un hospital psiquiátrico de Castilla por haber intentado envenenar a su marido, pero ella confiesa que es una treta para internarse y ejercer como detective privada para desentrañar el crimen del padre de Raimundo García del Olmo, que la ha contratado para internarse.
Personajes secundarios
Ignacio Urquieta: un joven fuerte, educado, que no parece necesitar estar internado. Antes de su ingreso, era topógrafo. Padece una fobia horrible al agua porque un amigo suyo murió ahogado en una piscina cuando eran niños. Es el único interno que reconoce que necesita ayuda y uno de los mejores amigos de Alice dentro del hospital psiquiátrico.
Samuel Alvar: director del hospital psiquiátrico. Cuando Alice llega, él está de vacaciones. Como director, ha introducido muchos cambios en el hospital, como permisos para salir, supresión de rejas, entre otros. Es un hombre joven, serio y discreto. Alice perjura que Samuel Alvar es amigo íntimo de su cliente, y que es consciente de que es una mujer sana que está internada para desentrañar un crimen, siendo cómplices. Sin embargo, Samuel asegura que él cree que la mujer no está sana mentalmente.
Doctor Teodoro Ruipérez: ayudante del director Samuel Alvar, ejerce sus funciones durante la ausencia de éste. Recibe e interroga a Alice Gould el día de su llegada.
Monserrat "Montse" Castell: una muchacha angelical que lleva 8 años trabajando en el hospital. Entró como asistente social, pero decidió quedarse a ayudar a los internos. Trata muy bien a las personas del lugar y ayuda mucho a Alice durante su estancia.
Doctor don César Arellano: jefe de los Servicios Clínicos del hospital. Es un hombre de mediana edad, sonriente, inteligente y sereno, que muestra mucha autoridad. Es el principal defensor de la cordura de Alice.
Cosme, el hortelano: jardinero del hospital, un hombre de 60 años proveniente de Asturias que se lleva muy bien con todos los internos. Ingresó con 20 años y a los 25 le dieron el alta, pero su familia no fue a recogerlo y decidió quedarse allí trabajando. Lleva toda la vida en el hospital, por lo que lo considera su hogar.
Heliodeoro Almenara: marido de Alice Gould, con quien no tiene hijos. Según él, su mujer intentó envenenarle.
Raimundo García del Olmo: según Alice, Raimundo es su cliente y la ha contratado para internarse en el hospital psiquiátrico y encontrar al asesino de su padre, que está ingresado allí. Alice asegura que Raimundo es amigo íntimo del director, Samuel Alvar, y eso le ha permitido entrar tan fácilmente en el hospital.
María Luisa Fernández: otra detective privada, como Alice, bajita y robusta. Conoció a Alice en una convención de detectives privados en Mallorca e hicieron buenas migas por ser las dos únicas mujeres españolas de la profesión. Un sobrino de su marido está internado en el hospital.
Reseña de Los renglones torcidos de Dios
Los renglones torcidos de Dios es una estupenda novela que ha envejecido muy bien respecto al tema que trata, a pesar de haberse publicado en 1979. El autor guarda un total respeto por los internos del hospital psiquiátrico; de hecho, él mismo visitó un lugar así para documentarse y escribir con conocimiento sobre el tema.
Respecto a la novela, se trata de una historia ágil, muy bien escrita y con un ritmo estupendo. El autor sabe muy bien cuándo parar la historia para que conozcamos a todos los internos y cuándo continuar con la trama: una trama muy bien hilada donde nunca tenemos claro qué es real y qué no, dudando tanto de Alice como del director Alvar. Y es que el autor sabe muy bien cómo jugar con sus personajes para que estemos durante toda la novela dudando de la versión real. Alice Gould es un personaje fantástico, tan locuaz e inteligente que sabe engañar al propio lector.
La ambientación también es sobresaliente, ya que podemos imaginarnos con mucha claridad la vida en el hospital psiquiátrico, las rutinas de los internos, el comportamiento del personal, etc. Además, cada uno de los personajes están muy bien caracterizados, todos ellos siendo muy diferentes y únicos.
Con un buen equilibrio entre descripción y diálogo, Los renglones torcidos de Dios es un excelente viaje entre la cordura y la locura. Una novela imprescindible para todos aquellos que disfruten de una buena historia bien contada.
Última actualización: 06 febrero, 2021
Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.
Pablo Navarro
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