El poema épico medieval Cantar de Mío Cid cuenta la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, también conocido como el Cid Campeador, uno de los personajes más destacados de la historia de España. Fue escrito en castellano antiguo, posiblemente en el siglo XIII.
Se trata de una obra importante tanto literaria como culturalmente, ya que representa al Cid como un héroe nacional, símbolo de valentía y resistencia en la historia de España. Durante el desarrollo de la historia, el Cid tendrá que vencer grandes obstáculos para consolidarse como el gran héroe que su comunidad espera.
Todo comienza con el destierro del Cid de la corte del rey Alfonso VI de Castilla, tras ser acusado injustamente de robo. Concretamente, se le imputaba por haber recolectado tributos en Andalucía. Bajo la influencia de sus asesores, el monarca resuelve exiliar al Cid y confiscar todos sus recursos.
El Cid, junto a un reducido séquito de leales adeptos, se ve obligado a abandonar su morada y separarse de su cónyuge Jimena y sus hijas, Elvira y Sol, quienes son dejadas en un convento. No obstante, antes de partir, él les asegura que regresará por ellas y que garantizará el matrimonio honorable de ambas muchachas.
El Cid se ve obligado a partir hacia el exilio con mucho pesar, aunque también con firmeza y coraje. En el camino, él y su ejército son emboscados por las tropas del conde García Ordóñez, quien había sido el principal denunciante del Cid ante el rey. A pesar de estar en desventaja numérica, el Cid y sus hombres logran vencer al conde y sus seguidores, obteniendo así su primer triunfo en el destierro.
Mientras avanza en su exilio, el Cid logra conquistar reinos y adquirir botines para ofrecer a la corte en señal de lealtad y como parte de su plan para recobrar el honor que le había sido arrebatado injustamente.
En una ocasión, mientras atravesaba las tierras aragonesas, Don Ramón Berenguer desafió a duelo al Cid, sintiéndose ofendido por sus triunfos. Sin embargo, el Cid resultó victorioso en el enfrentamiento y el ofensor fue obligado a encarcelarlo. Mientras estaba preso, el Cid inició una huelga de hambre que duró tres días, como forma de protesta. Tal acción conmovió a las autoridades, quienes finalmente decidieron liberarlo.
El Cid y sus compañeros prosiguen su trayecto hacia Valencia, en busca de protección y aliados. Una vez allí, son recibidos por el rey musulmán, quien les otorga permiso para residir en la ciudad, además de brindarles su amistad y apoyo. El Cid se convierte en el gobernante de Valencia, estableciendo un mando justo y sabio.
El honor recuperado y las bodas
Mientras tanto, en Castilla, la situación política se torna complicada. Alfonso VI se ve obligado a hacer frente a las invasiones de los almorávides, un pueblo islámico proveniente del norte de África que amenaza con invadir la península ibérica. Conociendo las habilidades militares del Cid, el rey solicita su ayuda y le envía una carta en la que le ofrece su perdón y la restitución de sus honores y títulos a cambio de su cooperación.
El Cid, dejando de lado su sed de venganza personal, decide aceptar la oferta del rey y junto con sus hombres emprenden el camino hacia Castilla. En su trayecto, se enfrentan a varios enemigos, tanto cristianos como musulmanes, y logran importantes victorias.
Finalmente, el Cid llega a la corte de Alfonso VI, quien le recibe con gran honor y le ofrece el perdón y la restitución de sus títulos. Agradecido por esta oportunidad de volver a servir a su rey y a su patria, el Cid acepta y se convierte en uno de los principales líderes del ejército castellano.
Sin embargo, el rey le propone un matrimonio para sus hijas con los infantes de Carrión, quienes en realidad planeaban dilapidar su fortuna. A pesar de conocer esta verdad, el Cid acepta la oferta del rey. Las festividades de las bodas duran 15 días.
El mal de lo trágico y la alegría del triunfo
Una vez obtenidas importantes victorias en la lucha contra los enemigos de Castilla, el Cid y su ejército se enfrentan a uno de sus mayores desafíos: el asedio a la ciudad de Valencia por parte de los almorávides. Con astucia y habilidad militar, el Cid logra repeler los ataques y finalmente vencer en una gran batalla, lo que le convierte en un héroe nacional y aumenta su prestigio.
En un episodio curioso pero lamentable, un león se escapa de su jaula, lo que provoca la huida de los infantes de Carrión, yernos del Cid, dejándolos en ridículo ante la corte y el pueblo. Sin embargo, el Cid demuestra gran valentía y logra atrapar al león y meterlo de nuevo en la jaula.
Después del atroz acto perpetrado por los infantes de Carrión, quienes golpearon cruelmente a sus esposas y las dejaron abandonadas en el bosque para que los animales las devorasen, las jóvenes lograron sobrevivir gracias a la intervención de un primo. Este las rescató y las llevó a casa sanas y salvas.
Enterado de lo sucedido, el Cid pidió justicia al rey, quien decidió anular los matrimonios de sus hijas con los infantes y aceptó que se celebrara un duelo para reparar el honor de la familia. Los infantes perdieron el duelo y su deshonor se hizo público. Como resultado, el Cid decide casar a sus hijas con los príncipes de Navarra y Aragón, lo que elevó aún más su prestigio.
La obra culmina con el Cid y sus fieles vasallos disfrutando de su triunfo y de su feliz vida en casa, tras haber superado las adversidades y haber demostrado su valentía y honorabilidad.
Análisis del Cantar de Mío Cid
El Cantar de Mío Cid es un poema épico que se enfoca en la figura del héroe, quien se enfrenta a diversos desafíos y batallas para demostrar su honor. Se puede clasificar como una obra de literatura medieval española, ya que presenta elementos propios de esta época, como la religión, la caballería y el código de honor.
El poema se divide en tres partes, cada una con un tono y tema diferente: "Cantar de la afrenta de Corpes", "Cantar de las bodas" y "Cantar de la victoria".
El Cantar de Mío Cid se caracteriza por el uso de un lenguaje sencillo, pero a la vez poético y elegante. La obra también presenta elementos de la tradición oral, como la repetición de frases y la utilización de refranes. Además, el poema utiliza recursos literarios como la metáfora y la aliteración para crear un efecto estilístico.
Los temas principales de El Cantar de Mío Cid son el honor, la lealtad y el respeto a los aliados y vasallos, así como la justicia y la venganza, ya que el Cid busca vengarse de aquellos que le han causado daño y busca hacer justicia en su posición como señor de Valencia.
Texto y autor
El manuscrito donde se recoge data del siglo XIV y en él aparece el nombre del copista: Per Abbat. Le falta la primera hoja, donde quizá se explicaban los motivos por los que fue desterrado el Cid. Su composición ha sido fechada hacia el año 1140 (unos cuarenta años después de la muerte del Cid).
Respecto a la autoría, Menéndez Pidal sostuvo la existencia de dos autores juglares: uno de San Esteban de Gormaz y otro de Medinaceli; al primero, se debería el plan general de la obra y, al segundo, la reforma del primitivo poema, con la inclusión de rasgos más novelescos. Otra teoría sobre el tema es la de una única autoría: se trataría de un autor culto, tal vez un jurista, dada la exactitud con que trata los temas legales y sociales.
Partes y síntesis argumental
El poema está dividido en tres cantares:
Cantar del destierro: el Cid es acusado por sus enemigos de haberse apropiado de parte de los tributos recaudados a los moros en Andalucía. Alfonso VI lo destierra y debe abandonar Castilla junto a un grupo de caballeros que le son fieles. Atrás quedan sus hijas y su esposa, sus bienes y sus riquezas. Comenzará su campaña contra los moros y se irán sucediendo una tras otra sus victorias y sus conquistas. El cantar llega a su fin cuando el Cid pone en libertad al conde de Barcelona, a quien había hecho prisionero.
Cantar de las bodas: se centra en la conquista de Valencia; al enviar cien caballos como presente al rey Alfonso VI, éste accede a que doña Jimena y sus hijas se reúnan con el Cid. Los infantes de Carrión, codiciosos de la fortuna que poseía el protagonista, solicitan a sus hijas en matrimonio. El propio rey intercede a favor de éstos y perdona al Cid. El cantar termina con la celebración de las bodas.
Cantar de la afrenta de Corpes: los infantes de Carrión son objeto de continuas burlas por parte de la mesnada del Cid a causa de su extrema cobardía. Furiosos, deciden vengarse en sus esposas. Parten de Valencia con ellas hacia Carrión y, a medio camino, en el robledal de Corpes, las maltratan brutalmente y las abandonan casi moribundas. El Cid pedirá justicia al rey. Convocada la corte en Toledo, los guerreros del Cid retan y vencen a los infantes. El poema termina con las nuevas bodas de las hijas del Cid con los infantes de Navarra y Aragón.
Tema y estructura
El Cantar está estructurado a partir de dos tramas que se entrecruzan: la doble deshonra del Cid; por un lado, la pérdida de su honor social, militar y feudal y, por otro, el deshonor familiar a raíz de la afrenta sufrida por sus hijas. Todo el poema girará en torno al restablecimiento del honor perdido del héroe.
Aspectos formales
El poema tiene 3.735 versos. En cuanto a la métrica, se compone de series monorrimas asonantes de diversa longitud (desde dos hasta ciento noventa versos). Los versos son irregulares, con predominio de los de catorce y quince sílabas, con hemistiquios de seis, siete u ocho sílabas.
En lo que se refiere al estilo, destacan varios aspectos, como la utilización del epíteto épico («el que en buena hora nació», «el que en buena hora ciñó espada»); las apelaciones al público mediante fórmulas deícticas («veriedes»); la utilización de pleonasmos con intención enfática («llorar de los ojos» o «decir de la boca», de evidente influencia francesa); la alternancia de tiempos verbales, que otorgan a la narración un mayor dinamismo (para hacer referencia al paso del tiempo, por ejemplo, se alude a la noche y al día); la abundancia de paralelismos, de repeticiones y de geminaciones, que, junto a su valor enfático, tienen también una función mnemotécnica y sin duda facilitaban al juglar la recitación del poema; la alternancia de la narración y del discurso directo, que da una mayor agilidad y viveza al cantar, y, por último, la utilización de un vocabulario técnico-jurídico que hace alusión a usos feudales, a prácticas legales, a la guerra y, en general, a costumbres y leyes de la época.
Personajes del Cantar de Mío Cid
Personajes principales
Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid): Es el protagonista de la obra, un caballero castellano que lucha por la defensa de su país y su honor. El Cid es un personaje heroico, valiente, leal, astuto y justo, muy admirado por sus vasallos y por la sociedad medieval en general.
Alfonso VI: Rey de Castilla y León, es otro personaje importante, ya que es el señor feudal del Cid y su principal aliado y enemigo. Alfonso VI aparece como un monarca justo, aunque a veces ambiguo y poco leal, que valora las habilidades militares del Cid.
García Ordóñez: Noble castellano y enemigo del Cid, es un personaje antagonista y traidor que intenta desacreditar al Cid ante el rey y armar conspiraciones en su contra.
Personajes secundarios
Jimena: Esposa del Cid, es un personaje secundario pero muy importante en la obra, ya que su amor y fidelidad hacia su esposo son fundamentales para la trama.
Infantes de Carrión: Los yernos del Cid, son personajes importantes en la obra, ya que se casan con sus hijas y luego los deshonran, siendo objeto de una venganza del Cid.
Última actualización: 27 abril, 2023
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