La Ilíada es un poema épico escrito por el poeta griego Homero, que cuenta la historia de la guerra de Troya. Aunque no hay total consenso respecto a la fecha de su escritura, la mayoría de críticos apuesta por el siglo VIII a.C. La obra se desarrolla durante el último año de la guerra y se centra en las aventuras y desafíos del guerrero aqueo Aquiles.
El conflicto principal de la Ilíada es el secuestro de la princesa troyana Helena por el príncipe aqueo Paris, lo que lleva a la guerra entre la ciudad de Troya y la alianza de ciudades griegas lideradas por Agamenón. La obra describe las hazañas de guerra, los duelos personales y las estrategias militares utilizadas por ambos bandos.
Agamenón, jefe del ejército griego, mantiene cautiva a Criseida, la hija del sacerdote Apolo Crises. Este hace presencia en el campamento que los griegos han instalado alrededor de Troya y le pide a Agamenón su liberación. Agamenón se niega a hacerlo, por lo que el dios Apolo envía la peste como castigo. Entonces, Aquiles, el guerrero más fuerte y habilidoso de los griegos, interviene en el conflicto, logrando así que Agamenón entregue a Criseida a su padre.
Sin embargo, a cambio de eso pide a Briseida, una esclava de Aquiles, joven y hermosa. El poderoso soldado accede a entregársela, pero queda realmente ofendido y disgustado por tal situación. De esta manera, se niega a seguir peleando en la guerra de Troya, que ya llevaba 9 años.
El origen del conflicto
La guerra se había iniciado debido al rapto de Helena por parte de Paris, hijo del rey de Troya, Príamo. Helena era la esposa de Menelao, hermano de Agamenón. Aunque ambos hombres se enfrentaron en duelo y este lo ganó Menelao, Paris tenía de su lado a la diosa Afrodita, quien le debía un favor y prometió, como pago, entregarle a Helena. Así fue, Afrodita cubrió de nieve a Paris, después de que éste perdiera el duelo y lo desapareció junto con la hermosa mujer griega en disputa.
El avance de Troya
El enfado de Aquiles lo llevó a las aguas del río para hablar con su madre, la diosa Tetis, y contarle la injusticia vivida. Tetis prometió interceder y se arrodilló a los pies de Zeus, quien advierte que no tener a Aquiles en batalla, significaba el triunfo inevitable de Troya.
Por su parte, Héctor, el mejor soldado de los troyanos, hermano de Paris, se prepara para quemar las naves de los griegos y avanzar en la escalada del conflicto. Tal amenaza hace que Agamenón se dé cuenta de su error y decide enviar numerosos regalos para agradar a Aquiles y convencerlo de regresar a la guerra.
Aquiles, se negaba, pero su joven y querido amigo Patroclo le pide prestada su armadura para impedir la avanzada de Héctor, haciéndose pasar por él. Aquiles no estaba convencido, pero finalmente lo deja ir con la condición de que solo deberá usarla para ahuyentar a los troyanos de los barcos, no para perseguirlos.
La muerte de Patroclo
Sin embargo, Patroclo hace caso omiso de las condiciones de Aquiles y logra llegar a las puertas de Troya, dónde el dios Apolo le da un alto y le quita la armadura. Así, Héctor aprovecha, le atraviesa su espada y lo mata. Esto desata el dolor y la furia de Aquiles, quien se decide, por fin, volver a la batalla, no sin antes recuperar el cuerpo de su amigo, ya que Héctor quería apropiárselo, y aunque los griegos intentaron recuperarlo, no terminaban de lograrlo.
La diosa Hera le dio a Aquiles una coraza divina de piel y junto a él bramó fuertemente en la puertas de Troya, haciendo que los troyanos temblaran de miedo y entregaran el cuerpo de Patroclo. Ahora toda la furia de Aquiles se concentraba en Héctor.
La batalla final y la muerte de Héctor
Hefesto proporcionó nuevas armas al guerrero griego y este es apoyado por la diosa Hera, mientras que Héctor es respaldado por Apolo. Sin embargo, este se retira cuando Zeus inclina la balanza del conflicto hacia los griegos. Hera toma la forma de un hermano de Héctor y lo hace caer en la trampa. Aquiles lo mata finalmente atravesándolo con su flecha.
La última voluntad de Héctor fue ser entregado a sus padres, pero la furia de Aquiles seguía viva y, en lugar de esto, ató el cuerpo de Héctor a los caballos y lo arrastró hasta la tumba de Patroclo. Esta ira descontrolada hizo que su madre intentara persuadirlo, aunque en vano.
El padre de Héctor, custodiado por el dios Hermes, fue a visitar a Aquiles y le suplicó que le entregara a su hijo. El guerrero se conmovió debido a que el rey le recordó a su padre. Finalmente, Héctor pudo ser enterrado dignamente y honrado por varios días en las pompas fúnebres.
Personajes de la Ilíada
Personajes principales
Aquiles: Es el soldado más poderoso del ejército griego, temido por sus enemigos y quién siente una gran ira que lo lleva a dar la victoria a los griegos en la guerra de Troya.
Héctor: Es el mejor soldado de Troya, hermano de Paris e hijo del rey Príamo. Da muerte a Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, y muere a manos de este en combate.
Agamenón: Es el jefe del ejército griego, hijo del rey Atreo de Micenas. Enfurece a Aquiles debido a que se apodera de su más querida esclava, haciendo que se oponga a luchar en la guerra.
Príamo: Es el rey de Troya, padre de Héctor y París. Tiene un rol decisivo al final de la historia, cuando logra despertar la compasión de Aquiles y este le entrega el cadáver de su hijo Héctor.
Personajes secundarios
Paris: Hijo de Príamo y hermano de Héctor. Es el responsable de haber desatado la guerra Troya, raptar a Helena, la esposa del rey de Esparta, Menelao.
Menelao: Rey de Esparta y esposo de Helena. Se enfrenta a Paris en un duelo y gana, sin embargo, su esposa le es arrebatada de todas manera.
Andrómaca: Esposa de Héctor y quién entona uno de los cantos más tristes de la obra, al despedir a su esposo sabiendo que moriría en la guerra.
Helena: Esposa de Menelao. Es raptada por Paris y se lamenta por su suerte, al ser peleada por dos hombres. Sin embargo, sabe que su figura y nombre serán inmortalizados.
Análisis de la Ilíada
La Ilíada es un poema épico que narra las batallas militares en el contexto de la guerra de Troya, dónde los seres humanos están atados al destino que les imponen los dioses. Debido a que el tema bélico es el principal y abarca todo el poema, la Ilíada nos habla de la fuerza, la valentía, la lucha, las pasiones, la muerte y la venganza. Todos estos son subtemas que se desprenden de la guerra y que son abordados de una forma magistral y encarnados en la psicología de los personajes.
En esta epopeya hay varios héroes que, aunque poderosos, no pueden librarse de la muerte, incluso, un semidiós como Aquiles tiene un punto débil. Además, todos son vulnerables y una especie de marionetas, cuyos hilos son movidos por los dioses, quienes deciden el destino de la guerra.
Última actualización: 08 marzo, 2023
Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.